miércoles, 13 de junio de 2012

Las trampas del tiempo


El reloj marca las cinco y media, es demasiado tarde ya.

—Ya no vendrá— digo y no puedo evitar un suspiro que me deja un sabor amargo a punto final.

Mis ojos recorren el parque por última vez. Hoy haría 50 años, pero no hay aniversarios para lo que no llegó a suceder. Mientras me ayuda a levantarme, mi nieta me señala interrogante a un señor sentado un poco más allá.

— ¡Nena, por Dios! Era alto, guapísimo y tieso como una vara— la regaño al ver a ese pobre anciano calvo y encorvado. 


(pincha para ampliar)
Ilustración de Marga Alonso de la Torre/Nieves Torres

14 comentarios:

  1. Nieves, se me han puesto los pelos de punta. Me ha recorrido un escalofrío antiguo.
    El tempo, el tiempo no perdona a nadie... envejece los recuerdos.

    Muy buen micro. Bien "representado".

    Un beso.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El tiempo pasa y las vidas que no fueron posibles van quedando atrás mientras envejecemos. Quizás es mejor así...
      Un beso

      Eliminar
  2. Magnífico micro, Nieves.

    Con una economía de lenguaje muy bien medida y un final ajustadísimo, nos dibujas una escena que en sí contiene un larga historia de lo que no fue.

    Mis aplausos.

    Un saludo,

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Se podría escribir un libro sobre más de una historia que no fue. Este sería un triste final. Gracias por tu comentario.
      Un saludo

      Eliminar
  3. Intrigante comienzo que preludia un encuentro amoroso que no se sabe si se dará. Sorpresiva presencia de un número 50 que me suena muy grande, pero la intervención de la nieta justifica el medio siglo. Para terminar un final que me roba una carcajada por el inocente comentario de la anciana.
    Pero pensándolo bien ¿de que me río? La belleza y el esplendor juvenil, son aves de paso que se marchan con los años para ya nunca más volver.
    Así que, no hay que dejar pasar las oportunidades o sino cumpliremos aniversarios de las cosas que nunca hicimos y si acaso cuando ya tarde nos decidimos, nos resulta frustrante darnos cuenta ¿y ya para qué?
    ¡Buen relato!
    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Buena disección. Para hacerlo más frustrante, yo pienso que ese anciano puede ser él, aunque a ella le parezca imposible, o puede que no sea ¿Quién sabe?.
      Un saludo

      Eliminar
  4. Nieves, a veces esperamos una imagen o una persona distinta a la que encontramos, sin reparar que él mismo también te busca sin identificarte.

    Buen relato de espejos que no se ven.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí,esa era la idea cuando lo escribí, que después de tantos años, la persona a la que buscas ya no existe. Incluso aunque se reconocieran, ya son otros.
      Gracias por tu visita. Te leo siempre, aunque no siempre te deje huella de mi paso.
      Un abrazo

      Eliminar
  5. Qué lindo, Nieves. Es cierto, y tiene que ser, que consevamos a las personas en el recuerdo como eran, se nos olvida que el tiempo debió pasar también para ellos.
    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Son las trampas que nos tiende el tiempo, que va cambiando la realidad sin que nos demos cuenta, mientras nosotros nos aferramos a los recuerdos.
      Un abrazo

      Eliminar
  6. La ilustración representa muy bien el paso del tiempo, esa pareja en la trastienda del bosque, el anciano esperando nada. El relato es triste, pero también refleja lo inmutable de muchos recuerdos. Me gusta, me haces pensar. Por cierto, que no sé que significa la cursiva en boca de la anciana, problema mío, seguro. Venga, nos leemos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qué buen trabajo el que te han hecho en La Taberna, felicidades.
      Por cierto, que llevas un tiempo retirada, vuelve.

      Eliminar
    2. Gracias por estar ahí siempre, Ximens. Espero volver pronto porque hace tiempo que no escribo ni una línea y lo echo mucho de menos.
      Un abrazo

      Eliminar
  7. Me alegro de que te guste y de que seas tan observador. Yo tampoco sé qué hacía la cursiva ahí. Corregido. Gracias por tu aportación.
    Un abrazo

    ResponderEliminar