El mes pasado envié microrrelatos a dos concursos: uno de la editorial Pearson en Facebook y el otro de Cercanías de Renfe. Esto de los concursos, para mí, tiene una aspecto negativo porque siempre lo mando apurada por el plazo y va como esté, aunque no lo vea redondo; pero tiene también una parte positiva y es que me obliga a pensar en una historia o a sentarme y plasmar alguna que tengo ya debajo del sombrero y eso me permite tener un pequeño banco de micros a medias que más adelante podré pulir y redondear.
En este enlace están los tres ganadores y los veintidós finalistas. El mío quedó el cuarto de los finalistas.
Título : Compartimentos estancos
Autora: Nieves Torres Alonso
Un joven rubio la despidió en el andén con un largo beso apasionado. Ella subió al vagón, se acomodó en el asiento y sacó un libro. Él se fue haciendo pequeño mientras el tren se alejaba. Varias horas después cerró el libro, se ahuecó la melena con los dedos y bajó al andén donde la esperaba un joven moreno que la recibió con un largo beso apasionado.
El concurso de la editorial Pearson consistía en terminar un cuento en un máximo de 500 caracteres, incluyendo espacios, a partir de este inicio:
“Esa mañana me había levantado pronto, quería aprovechar el tiempo. Abrí el
libro por una página al azar y...”
Había premio para los 50 mejores, pero no hubo suerte. Esto es lo que me salió:
Esa mañana me había levantado pronto, quería aprovechar el
tiempo. Abrí el libro por una página al azar y leí “Al día siguiente, …” Lo interpreté como una señal de
que debía aplazar cualquier actividad al menos 24 horas. Más relajada, con una
taza humeante en una mano y el libro en la otra, me acomodé en el sofá bajo mi
manta favorita, dispuesta a disfrutar de ese paréntesis que el azar me había
regalado.
Nieves, ¡Enhorabuena por la mención en el concurso de RENFE! Yo también participé, pero no tuve tu suerte.
ResponderEliminarTu relato es muy original y muestra dos historias al precio de una.
Coincido contigo en que los concursos te impulsan a seguir un patrón y a obligarte a escribir, siempre en el buen sentido de la palabra. A mí me gustan por eso.
Un abrazo.
Gracias Nicolás, ya sabes que esto de los concursos es un poco como la lotería, y muchos muy buenos se quedan por el camino, entre ellos el tuyo, seguro.
EliminarUn abrazo
Enhorabuena, Nieves, por lo de RENFE. El mío no llegó hasta ahí.
ResponderEliminarDel segundo, pues no he recibido yo ni nada, esa señal de un libro sin tan siquiera abrirlo... Sobre todo, los domingos.
Un abrazo, Nieves.
Gracias, Miguel Ángel. Parece que los libros hablan hasta cuando están cerrados. Pues lo mejor es hacerles caso, que pocas diversiones dan tanto por tan poco.
EliminarUn abrazo
Nieves, felicidades por quedar en tan buen puesto (el de 2 estaciones, 2 vidas, me ha parecido buenísimo, muy acertado). Llevas razón con lo de los concursos, te obligan a escribir, pero no hay que olvidar la diversión, la "necesidad", el gusto de crear, de inventar, de comunicar o denunciar que lleva implícito escribir, dibujar, componer o tocar música... Los concursos, a veces, decepcionan, pero todos los probamos... y qué alegría cuando quedamos finalistas o ganamos.
ResponderEliminarA mí me gusta venir por aquí, ya lo sabes, y si encima te "tengo que felicitar" mejor que mejor, pero si no también.
Un beso, Nieves.
Gracias, Petra. Después de votar en el de 99 palabras, vi que para escoger dos o tres hay que descartar muchos muy buenos. Eso hace menos decepcionante que no escojan el tuyo, pero también relativiza el que te seleccionen, aunque la ilusión no me la quita nadie.
EliminarGracias por tus visitas.
Un abrazo
Enhorabuena por el de Renfe, es un micro genial y se merecía quedar en buen lugar.
ResponderEliminarYo me presenté al de Pearson y tuve la suerte de ser una de esas 50 ganadoras.
He llegado aquí tras ver tu comentario en el blog de Pedro: "... a las cinco de la mañana una lagartija es caza mayor". Me alegra encontrarte. Con tu permiso, te sigo leyendo.
Perdona, Yolanda, se me había pasado tu comentario. Gracias y enhorabuena a ti por el de Pearson, la verdad es que estas cosas dan mucha alegría.
EliminarLa frase de la lagartija se la oí una vez a mi hermana y me hizo tanta gracia, que no se me olvidó.
Me alegra saber que andas por aquí leyéndome.
Un abrazo