—Hoy no te me escapas… — susurra desde la puerta.
Con un contoneo lento y elástico se desliza hasta mi cama. Sus grandes ojos
verdes me acechan libidinosos y el calor de su aliento en mi cuello me
deja sin respiración. Cuando desaparece bajo las sábanas la dejo hacer en
silencio, muy quieto, sin atreverme a abrir los ojos para que no desaparezca.
(pincha para ampliar)
Cuadro de Nacho Alonso de la Torre