Según me
contó mi abuelo, hace ya muchos años en un pequeño pueblo al otro lado del
mundo nacieron dos niñas tan parecidas, que sólo sus padres las podían
distinguir. Como era costumbre en la región, les pusieron nombres casi
idénticos. Mi abuelo cuenta que se enamoró de una de ellas, de Elena. Ella
también le amaba, pero estaba prometida, casi desde niña, a un hombre rico. Se
resignó entonces a casarse con Helena.
Cuenta mi
abuela que en la noche de bodas se quitó despacito el camisón y muy deprisa la H.
Desde entonces sólo la usa fuera de casa.
(pincha para ampliar)
Ilustración de Inma Alonso de la Torre
¡Soberbio, Nieves, un micro exquisito!
ResponderEliminarMe parece destacable cómo trazas las líneas de este juego de identidades, amores y conformidades.
Un abrazo,
Gracias, Pedro. Que le guste lo que escribo a alguien que escribe como tú ya es todo un éxito para mí.
EliminarUn abrazo
Precioso... tiene un toque surrealista, como de literatura sudamericana...donde todo es posible.. que lo hace muy, muy tierno.
ResponderEliminarEn Cuba a los gemelos les ponen nombres casi idénticos y es algo que me llamó mucho la atención, creo que por eso tiene ese aire de por allá. Un beso
EliminarPreciosa la historia de la abuela Helena, Elena en la intimidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Miguel Ángel. A ver si me paso por vuestros blogs, que ando medio desconectada y echo en falta esas lecturas.
EliminarUn abrazo
Es triste la historia que nos cuentas, una gran mujer Helena, que sabe de su marido esta enamorado de su hermana y por hacerle feliz se quita la H. Conozco un caso real. La ilustración es buena. El título no sé, si "con H" o si "sin Hache". Venga, nos leemos.
ResponderEliminarPor cierto, he estado varios días si poder comentar por el puñetero "verificación de que no eres un robot". Mira de eliminar esa obligación en los comentarios, amén de que nos retrasa a los lectores/comentaristas.
Dudé entre el "con" y el "sin" para el título, al final podría haber sido cualquiera de los dos.
EliminarCreía haber quitado la verificación hace tiempo. A mí también me parece un estorbo. Ya está quitada. Gracias.
Un abrazo.
Nieves, bonita historia de engaños para alcanzar la felicidad.
ResponderEliminarDe pequeña jugaba a inventarme una hermana gemela y todo lo que haría para confundir a la gente... ahora, a veces, lo escribo.
Un besoooo.
Amparo M.A.
Te sorprendería lo poco divertido que puede ser que te confundan con otra persona, aunque puede ser práctico hacerle un exámen de latín a alguien a cambio de uno de física ; )
EliminarUn abrazo
pero amor al fin
ResponderEliminarY además es amor del bueno. Bienvenido. Gracias por tu visita.
EliminarMuy bien hilada la historia, y la resolución de la misma poco a poco, pasito a pasito, sin que todo se vuelva en una última frase, creo que le favorece.
ResponderEliminarEnhorabuena. Una perta.
Gracias por tu comentario. Tengo pendiente una visita a tus cuentos pigmeos cuando termine el verano, lo poco que vi de ellos me encantó. Un abrazo.
EliminarHermafrodita se escribe con W.
ResponderEliminarLa Boca del Ello
Amor con “H” (…de Helena).
ResponderEliminarPidiéndote perdón si acaso no he sabido interpretar bien tu obra. De principio vi, a una Helena resignada a mutilar una letra de su nombre en la intimidad, para satisfacer la fantasía de su esposo (que vivía enamorado de su gemela). Luego, he querido pensar, que para Elena alcanzar su felicidad, Helena tomó su lugar en secreto. Al pasar de los años, la hoy abuelita, sigue usando (para mantener las apariencias) la letra “H” de puertas afuera. Esa “H” de Helena, que le hizo posible unirse al amor de su vida, de allí: Un Amor con “H”.
Como fuere el final verdadero, la historia te quedó de lujo en verdad.
¡Saludos!
La historia que yo escribí es la segunda, tal cual la cuentas. Es una doble historia de amor: del abuelo por Elena, la abuela, y de Helena por su hermana, a la que le regala la H. Mi sorpresa fue que la mayoría de los lectores, incluida la ilustradora, interpretaron la primera. Me di cuenta tarde de que el relato es ambiguo, según el texto se puede interpretar cualquiera de las dos, pero la mía era la primera.
EliminarMuchas gracias por tu comentario. Un abrazo