lunes, 23 de enero de 2017

Mi familia

Saltaba a la vista que Katja y yo no éramos hermanos. Ella tenía unos ojos azules que parecían aún más grandes en su cara famélica y a pesar de la suciedad que la calle había acumulado en su pelo casi blanco, aún tenía un aire elegante; en cambio yo, con mis greñas negras y mis andares toscos, no dejaba de parecer lo que era: un pequeño vagabundo muerto de miedo. 

Dormitábamos acurrucados uno contra el otro, protegidos del frío y de los extraños por unos cartones, cuando mamá nos descubrió. También era obvio que no era nuestra madre. Ella vivía en una casa y nunca había pasado hambre, pero tenía la mirada tan perdida y tan triste como nosotros. 

Apenas recuerdo ya aquella época, pero si la revivo en sueños, corro desesperado sin moverme de la alfombra, gimoteando y ladrando; entonces mamá me rasca detrás de las orejas y su voz cálida y el ronroneo de Katjia me acarician hasta que me vuelvo a dormir.


Esta es mi propuesta para Esta Noche Te Cuento, para el tema de enero-febrero 2017:
 Perros y/o gatos

La imagen de la convocatoria es esta lustración de Paloma Casado, a la que podéis seguir aquí: Cantabria en dos latidos, y con quien tuve el gusto de coincidir en una final semanal de Relatos en Cadena (os dejo enlace) allá por el año 2013.

Nuestro libro: UN TIEMPO BREVE (2012-2017. 5 años de ENTC)

El 17 de diciembre de 2016 fue un día importante para muchos de los que participamos con mayor o menor frecuencia en esta gran comunidad que es Esta Noche Te Cuento. Ese día, en la Biblioteca Eugenio Trías de Madrid, tuvo lugar la presentación de Un tiempo breve, un libro recopilatorio en el que se han reunido relatos de 136 entecianos, 136 autores que seleccionamos dos de los relatos con los que hemos participado en Esta Noche Te Cuento entre 2012 y 2017. Todo el trabajo de la edición estuvo dirigido por Juan Antonio Morán (JAMS), el alma de ENTC (¡cómo no te vamos a querer!) y la portada fue diseñada por Sara Lew.


Fue un día mágico por la emoción que supone ver tus relatos en papel, pero también por poner cara a muchos amigos virtuales con los que compartimos lecturas y comentarios a lo largo de cinco años y sobre todo por pasar un día entero compartiendo charla, risas, comida y emociones con ellos.


Estos son los dos relatos míos que aparecen en el libro:

Enero 2013: Tema: …CUANDO DESPERTÓ…

NOCHE DE PERROS
Cuando abrí los ojos supe que no había sido una pesadilla. La hija de Nara seguía junto a mi cama, respirando débilmente, pero viva. 

La de Nara, esa noche, había sido una muerte trágica: era muy joven y había muerto entre aullidos pariendo a unos cachorros que morían al nacer. 

Papá preparaba la cena cuando el parto se adelantó varios días. Nosotras colaboramos en lo que pudimos: hervimos agua, preparamos paños, tratamos de reanimar a los cachorros y de aliviar a la madre, pero no sirvió de mucho. A medianoche, mi madre envolvió a Nara en una toalla y con el último cachorro cobijado en el escote de su blusa, se los llevó a la única clínica abierta a esas horas. Volvió de madrugada, derrotada, con el cachorro, una hembra diminuta con pocas probabilidades de sobrevivir.

Esa noche nos acostamos casi sin cenar y todos, hasta mi padre, lloramos antes de dormir.

Mi hermana, que quería ser atea, quiso entender la muerte de Nara como una prueba de que Dios no existe, le parecía impensable un dios tan poco oportuno. El resto nos centramos en criar a la pequeña. La llamamos Maisha, que en swahili significa “vida”.

5ª PROPUESTA 2015. Del 1 de septiembre hasta el 31 de octubre: DÍA DE LOS DIFUNTOS

Tema: Epitafios

DESPEDIDA


Después de un tiempo sin visitar a mamá, papá un día se armó de valor y fue a verla. Al distinguirlo acercándose entre las lápidas, deteniéndose a leer nombres, fechas y epitafios con ese andar pesado de quien no quiere llegar, ella comprendió. 

Papá apartó las hojas secas que cubrían el nombre de Mamá, como queriendo mirarla a la cara y permaneció un rato allí en silencio, contándoselo. Ella siempre había sabido antes que nadie lo que nos preocupaba a cada uno y al fin y al cabo esto era inevitable. Lo único que ella quería- le dijo- era saber que todos éramos felices, también él. 

Papá le prometió que no la olvidaría jamás y volvió a casa aliviado. Traía el corazón aún encogido y la chaqueta empapada de una lluvia fina y triste que estuvo cayendo toda la tarde.

Os dejo el resumen que Jams hizo de la jornada:

El álbum de fotos de la presentación:

Y el vídeo de la presentación: