La Inquisición no tardará en llegar. Como cada viernes, volverá de misa a las nueve. Cuando ella se va, un estallido de vida silenciosa y clandestina inunda la pensión con actos que atentan, en mayor o menor grado, contra el buen nombre y la decencia que doña Inquisición se afana en preservar. Los viernes la impecable reputación de sus huéspedes se toma un respiro, y un trajín sigiloso y discreto agita el aire de los pasillos por donde, en un silencioso abrir y cerrar de puertas, estudiante, jubilados, maestros y enfermeras van y vuelven del pecado a la rutina.
(imagen tomada de internet)
Uah, Nieves! Me encantan estos juegos de palabras-personajes. Te saliste muy bien del dogma del Santo Oficio.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchas gracias. No me resultó fácil esquivar al Santo Oficio.
EliminarUn abrazo
Fantástica doña Inquisición!!
ResponderEliminary mira que lo pensé el otro día... ¿la personifico en una anciana decrépitita que huela a reglas maltrechas y a jabones si aceite? :) ¡Tú la has clavao! Buen micro nieves. Y creo que esta semana debiera haberse premiado el salirse del tópico tal y como tú lo has hecho.
Un abrazo y ójala te vaya todo muy bien. Besazo.
Muchas gracias, Laura. Voy a proponer que te pongan en el jurado ja ja.
EliminarUn abrazo