Antes de que vuelva papá a buscar el resto de mis cosas, me escabullo entre las piernas de las enfermeras que despiden a mamá. Recorro el pasillo sin entrar a ninguna habitación, sé que no puedo sin mascarilla. Acerco una silla a la puerta de Elisa y me asomo por el cristal para despedirme y, de paso, enseñarle la gorra de las Monster. La cama está hecha, la habitación, vacía. Me alegro por ella, que empeoraba, y mira, le han dado el alta. Pero se ha ido sin despedirse, la muy boba.
(pincha para ampliar)
Ilustración Nieves Torres
*ReC- Para el concurso de Relatos en Cadena de La Ventana en La Cadena SER
Cada semana la frase de inicio es la última frase del texto ganador de la semana anterior y la extensión de los microrrelatos no puede superar las cien palabras, sin incluir la frase de inicio. En negrita, la frase de inicio obligatoria.
Que triste esa inocencia de niño que no se da cuenta de lo que ha pasado. Muchas veces miramos atrás y pensamos en cosas que creíamos de niño y descubrimos que son otras totalmente distintas.
ResponderEliminarBuen intento :D
Un saludo
Gracias, Henry. Sí que es triste; esta historia me rondaba la cabeza hace tiempo y acabó saliendo. Es sorprendente la interpretación que los niños hacen de las cosas, a mí no dejan de sorprenderme cada día.
EliminarUn abrazo
Muy,muy bien manifestada la inocencia de un niño ante la desaparición de una compañera. Para ellos todo es pura lógica.
ResponderEliminar...Y lo de la ilustración...¡No te pases! Déjanos algo a los demás. Escribes, haces jabones... ¿qué pretendes? Ser una mujer del Renacimiento y dominar todas la artes..jejej
Ja, ja, lo hago para daros pena y no tener que estar pidiendo vuestra colaboración, seguro que así os ofrecéis voluntariamente. Por cierto, un día de estos, te mando un micro que necesita ilustración.
EliminarUn beso gordo, artista.
Una bella historia, Nieves. Me has recordado una vivencia personal con mi hija.
ResponderEliminarQuince días de hospital dan tiempo para hacer amistades, para notar ausencias y para muchas cosas más. Con seis años, cargada de gotero, solía recorrer las habitaciones del pequeño pasillo de la planta de pediatría. Recuerdo su malestar cuando su compañera de habitación no se despidió de ella. También creía que era una boba. Cuando le expliqué que su traslado en la madrugada fue debido a una emergencia que le salvó la vida, le perdonó su desaire.
Un abrazo.
Para mí también es una historia conocida, aunque no tan cercana. Una amiga pasó por algo así con su hija, hace ya muchos años y me marcó su experiencia,sobre todo la de la madre, porque ella sí se enteraba de todo lo que pasaba alrededor.
EliminarUn abrazo
Un micro de gran profundida emocional, Nieves. Desde la inocencia de tu protagonista arañas el corazón de tus lectores, para dejarnos una media sonrisa de alivio al saber que estamos leyendo ficción.
ResponderEliminarTal como he apuntado en alguna casa amiga, la calidad de este micro me hace pensar en la problemática a la que se enfrentan los seleccionadores del jurado para acertar con tantos micros en tan poco tiempo.
Para mí, soberbio.
Un abrazo.
Gracias, Pedro. Las cosas que les pasan a los niños siempre nos arañan el corazón, aunque ellos muchas veces son bastante más fuertes de lo que pensamos.
EliminarHay micros tan buenos por vuestros blogs, que me parece imposible poder colar otro entre 500 o incluso 900. Para mí vuestros comentarios ya son un premio gordo.
Un abrazo
Los niños son así, Nieves. Me gusta tu micro porque refleja perfectamente el sentido de la ausencia tratado desde los ojos y la mirada de un crío.
ResponderEliminarBieeeen, otra pintora en el grupo que ilustra sus micros. ¡Bravo!.
Un beso Nieves.
Como verás, lo mío no es la pintura. Nunca se me dio bien, pero el otro día me senté con mi hija a dibujar, me salió esto y me gustó. Te aseguro que es el mejor dibujo que he hecho en mi vida, así que imagínate...
EliminarUn beso
Me dejas con el corazón encogido, Nieves. Niños y muerte es el cóctel emocional más duro en mi opinión. Lo has agitado hasta dejarlo en el punto exacto, enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Susana. Le di muchas vueltas porque es una combinación muy peligrosa y me daba miedo caer en el morbo o en la sensiblería. Me alegro de que te haya gustado.
EliminarUn abrazo
Chapeau, Nieves. Me quito el sombrero ante este micro para felicitar a la que habita debajo del tuyo. Lo demás, ya te lo han dicho los comentarios de por aquí arriba.
ResponderEliminarFelicidades.
Muchas gracias, Fran.
EliminarUn abrazo
No existe malicia en su corazón, por ello la ausencia de su amiga es aceptada de forma tan inocente y sana. Y es perfecta la forma como lograste captar e imprimir ello en tu relato.
ResponderEliminarPunto aparte. Ese dibujo que acompaña tu historia, tiene la misma ternura de aquella criatura que protagoniza tu obra. Ambos (relato y dibujo) hacen una dupla maravillosa.
¡Saludos!
Gracias, Juan Carlos. Me llama mucho la atención la forma que tienen los niños de ver el mundo, nosotros algún día fuimos así de inocentes.
EliminarEl dibujo es un poco infantil, en parte porque es sobre una niña y en parte porque no sé hacerlo de otra forma, no dibujaba desde niña.
Un abrazo
Nieves, en este relato se consigue muy bien la voz infantil del narrador, se visualiza perfectamente la escena y en el giro sale la grandeza de la ingenuidad infantil. Aplausos.
ResponderEliminarGracias, Ximens. Me alegro mucho de que te haya gustado. Algo se nos va pegando de estar todos los días con niños.
EliminarUn abrazo
Es tan inocente tu relato que duele, Nieves. Me ha gustado mucho, pero se me ha quedado pellizcada el alma.
ResponderEliminarBesicos muchos guapa.
Nieves, es precioso; gual que todas las ilustraciones.
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