lunes, 11 de octubre de 2021

DOMINGOS

Hoy que el tiempo lo permite podemos salir al jardín. Nos sentamos en un banco, bajo los árboles y el olor de las flores te hace sonreír, quizás te recuerda a las tardes en el pueblo, sentada al fresco a la puerta de tu casa.

Como cada domingo, te vengo a visitar y paseamos, vas cogida de mi brazo por el camino de hierba, arrastrando los pies. Me cuentas mil historias de tu juventud y a mí me encanta escucharte como si las oyera por primera vez.

A ratos me miras en silencio, intentando recordarme. A veces, por un instante, recuerdas y entonces lloras y me pides que te lleve a casa. Yo me trago las lágrimas y te prometo que vendré a buscarte y que a partir de ahora estarás siempre conmigo.

Cuando llega la hora de marchar, me despido de ti hasta el próximo domingo con un abrazo, pero me apartas con recelo y me preguntas que si trabajo aquí.


1 comentario:

  1. Qué dura realidad la muestras, magistralmente contada.
    Muy bueno tu relato en cadena.
    Besicos muchos.

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