El tema del mes de octubre es: Tres estrellas.
GIJÓN-LA HABANA 1896
A finales del siglo XIX, un niño llamado Vicente abría a escondidas una
caja de latón oculta en el armario para contemplar el tesoro familiar: tres
piedras diminutas que destellaban a la luz de la vela como tres estrellas.
Después llegaron tiempos difíciles, las cosechas se malograron y los
pequeños diamantes acabaron brillando, uno tras otro, en casa del banquero.
Antes de que los devorara la miseria, con apenas quince años, el abuelo Vicente
y dos de sus hermanos cogieron un barco con destino a La Habana, donde los
esperaba un tío lejano con un plato de comida y muchas horas de trabajo por
delante.
Con el tiempo, Vicente logró enviar a casa un primer
paquete con una carta, un retrato y una virgen de la Caridad con un mensaje en
clave que la hermana pequeña leyó para sus padres: Que el brillo de su corazón
os guíe.
Cuando mi bisabuela murió, muchos años después, varias
vírgenes de escayola, con un agujero torpemente tapado en el pecho, la velaron
desde la cómoda.
(pincha para ampliar)
Ilustración de Loreto Delgado
Para leerlo en Esta Noche Te Cuento pincha en este enlace: :
Dices verdad, esas vírgenes acompañaban a todos los abuelos, a todos los sueños y a todos los Vicentes que sembraron en mi país y buscaron diamantes en la tierra fértil. Quiero pensar que en todos nosotros queda un poco de luz de aquellas tres estrellas, tesoros en el cielo de nuestro Espíritu, ese que nos permite escribir y pensar mejor.
ResponderEliminarFueron muchos los Vicentes que se fueron para allá, para que los de aquí pudieran subsistir. Seguro que un poco de esa luz de estrellas nos guía. En estos tiempos que corren es fácil acordarse de ellos. Aquí nos unen muchos lazos a tu país.
EliminarUn abrazo y bienvenida.
Un micro que nos toca de cerca a todos aquellos que -en carne propia o de los nuestros- hemos tenido que cruzar el mar en busca de fortuna, Alma.
ResponderEliminarUna buena historia, narrada con una prosa ajustada, elegida y ceñida al sentimiento que transmite la pieza.
¡Excelente!
Un abrazo,
Igual en mi tierra que en la tuya es difícil encontrar una familia sin un emigrante más o menos cercano. Mis hijos llevan sangre de tres adolescentes que, como ese Vicente, se fueron a Cuba por aquella época.
EliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo
Nieves, este micro que nos trasporta a la época de nuestros antepasados donde emigrar era la única posibilidad de salir adelante, casi como ahora. El que tenía un tesoro como este, bien podría darse con un canto en los dientes.
ResponderEliminar¡Mucha suerte para el concurso!
Abrazos.
Gracias, Nicolás. Es una historia antigua, pero se está haciendo desgraciadamente muy actual.
EliminarUn abrazo
Un micro de esos que dejan huella y más en tiempos de crisis. Nos llega a los que sabemos lo que significa salir de tu pais, donde hay que agudizar la imaginación.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Gracias, Nani, por tu comentario. Me alegra que te haya llegado y dejado su huella. La crisis lo rodea todo y se me mete en todos los relatos.
EliminarUn abrazo
“Los salvó el brillo del corazón de aquella Virgen” Y si entendí lo mismo que la pequeña hermana, cambiaría la palabra “brillo” por “brillante” y se explicaría en mucho la supervivencia de aquella familia.
ResponderEliminarMe complace leerte, tienes la capacidad de sorprenderme con tu imaginación.
¡Saludos!
Pues entendiste bien, Juan Carlos. En aquella época muchas familias subsistían con lo que llegaba de allá o al menos tocaban a más al tener menos bocas que alimentar.
EliminarGracias por tus visitas y tus comentarios.
Un abrazo
Allí he estado Nieves, y me gusta esta historia que bien podría darte para construir un bello relato más amplio a partir del núcleo central de la narración.
ResponderEliminarMarcharse lejos por necesidad nunca es un viaje de placer, desde luego.
Besos desde mis palabras.
Tengo el "encargo" de mi marido de escribir la historia de su abuelo Vicente, que se fue a Cuba de niño y además tuvo una vida peculiar que da para muchas páginas. En cuanto hagan los días de 48 horas, me pondré a ello. Mientras tanto lo uso de personaje para cosas más cortitas.
EliminarUn abrazo
Un relato para dar las gracias. El argumento ya las da y los lectores las secundamos. El pasado familiar, de una u otra forma nos influye, nos moldea. Hablas de personajes fuertes que se arriesgan por amor, trabajan por amor, se alejan por amor,... pensando en volver.
ResponderEliminarEl pasado que tan bien narras se está empezando a repetir hoy en día.
Un micro de homenaje, para no olvidar.
Besoooos, Nieves.
A.M.A.
Es verdad que parte de lo que somos se lo debemos a ellos. De aquella generación, muchos se quedaron allí y lograron hacerse una vida, pero no a todos les fue igual de bien. Por eso se me vienen estas historias a la cabeza, porque cada día vemos más claro que la historia es circular.
EliminarGracias por tu visita, Amparo.
Un abrazo
Qué historia tan hermosa, Nieves. Además, me hace ilusión que participes en EntC. Ya tocaba. Dará que pensar al jurado, ya lo verás.
ResponderEliminarUn abrazo,
Me alegro de que te guste, Miguel Ángel. Llevaba tiempo leyendo vuestras aportaciones a ENTC, pero no me llegan los ratos libres para tanto como quiero leer y escribir.
EliminarUn abrazo
Una preciosa propuesta, con un elemento evocador muy potente: los diamantes. Me gusta mucho la imagen final.
ResponderEliminarAbrazos
Gracias, Susana. Hay pocas cosas que brillen tanto como las estrellas y den ese juego para una historia.
EliminarUn abrazo
Me gusta mucho, mucho. Es la historia hecha poesía. Además en tu forma de contarlo hay mucho de esa areola que recubre la narrativa latinoamericana. Es como si al contar una historia que transcurre allende los mares tú dejaras brotar toda la buena narrativa de Cortazar, Vargas Llosa, García Márquez... de la que te empapaste.
ResponderEliminarY ese libro ahora es un pedido de dos...
Gracias Lore, me sacas los colores con este comentario, ya me gustaría a mí que me saliera algo parecido a cualquiera de ellos. Ya sabes que espero tu ilustración para este relato.
EliminarUn besín
Me gusta este relato por la parte que tengo que adivinar, esos diamantes incrustados en las vírgenes, lágrimas de esperaza con el trabajo duro. No obstante me cuesta entender el árbol genealógico de los personajes que aparecen, pero en segunda lectura todo queda claro. Venga, que tengas suerte.
ResponderEliminarGracias Ximens, me alegro de que le guste a mi comentarista más exigente, siempre aprendo algo con tus comentarios. Me dio algo de trabajo que se entendiera quién era quién, pero veo que lo podía haber hecho mejor.
EliminarUn abrazo
Hola Nieves ¿quieres conocer un hecho INSOLITO? ...estoy en mis palabras, ¡estás en mis palabras!, ¡sólo faltan las tuyas!.... Besos querida, muchos.
ResponderEliminar¡Qué ilusión me hizo escuchar tu voz! No sabes la ilusión que me hizo coincidir en las ondas con Miguel Ángel y contigo.
Eliminarun abrazo